preexistencia al mismo tiempo, obteniendo un centro urbano en proximidad generando habitabilidad; vivienda, oficinas, comercio, y elementos centrales vinculantes: como el espacio público y la cultura. En solar edificado y junto a la Plaza de los Desaparecidos, el Instituto de la Mujer, y la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, Catena busca sumar y coexistir bajo la gestión del excedente, como generador del lugar. Tratando de igualarse al contraste del sentido de pertenencia -tan modificado- de cada uno de estos lugares icónicos del barrio antiguo desmemoriado regiomontano que enfrentan de distintas maneras la negociación, la necesidad, y la preservación de ese colectivo imaginario urbano y del patrimonio; el que quiere ser moderno, y que tiene que evolucionar sobre su propio paso, y el que ya dejó de existir, y que la mayoría no quiere recordar.